Así con todas las letras y sin
arrepentirme de mis palabras.
Quizá muchos no lo sepáis, pero ayer
la Fiscalía volvió a pedir cárcel para César Strawberry alegando
que pone en riesgo “la vida y la libertad de los ciudadanos”.
Este hecho no sólo me parece un atentado contra la libertad de
expresión que garantiza la Constitución si no que además es la
enésima gota que colma el vaso, ya que vuelve a quedar patente que
la justicia y los organismos oficiales siempre van en contra un mismo
sector de la población. Dicho de otro modo, el Estado Español es
aún más repugnante porque única y exclusivamente se dedica a
perseguir las palabras y las opiniones que se lanzan de los sectores
más cercanos a la izquierda.
Miremos el caso más de cerca. A César
se le imputan delitos de odio, enaltecimiento del terrorismo y
vejación a las víctimas por 6 tweets. Sin embargo ¿Cuantas veces
habéis oído que se impute a miembros y simpatizantes de la extrema
derecha por lanzar amenazas directas en los mismos medios, por vejar
a las víctimas de los campos de concentración o por difundir que
Francisco Franco fue el salvador de la patria y toda la masacre que
cometió durante 40 años de dictadura fue buena? Os voy a ahorrar la
búsqueda en internet. NUNCA.
Por
ejemplo, este mismo fin de semana hemos presenciado una manifestación
pro-fascista en la Plaza Mayor de Madrid para ensalzar la figura del
golpista Millán Astray. Al tiempo, una manada de borregos
impresentables en twitter amenazaban, insultaban y denigraban a todo
aquel que criticaba la impunidad de la concentración. ¿Estaban las
fuerzas de seguridad tomando nota de las amenazas procedentes de la
ultra derecha? ¿Va a entrar la Fiscalía de oficio contra todas
aquellas personas que lanzaron esos mensajes? La respuesta a estas
dos preguntas es un rotundo NO.
Y voy más lejos. Recordáis cuando el
cantamañanas de Federico Jiménez Losantos dijo textualmente “Veo
a Errejon, a la Bescansa, veo a la Rita Maestre y me sale el monte,
no el agro, el monte, si llevo la lupara disparo. Menos mal que no la
llevo". La amenaza es patente y clara. Pero, ¿Se detuvo a esta
persona? ¿Se le clausuró su programa de radio? ¿Acaso se
censuraron sus palabras desde el Gobierno? ¿Se pensó que quizá sus
palabras podrían alentar a alguno de sus locos seguidores a cometer
tales actos?... Si en estas mismas líneas, dijera eso mismo del
señor Losantos o lo hubiera dicho cualquier otra persona vinculada a
la izquierda, os aseguro que mañana mismo estábamos declarando en
el juzgado. ¿Por qué sus amenazas son menos graves que las mías?
Estos ejemplos no sólo me hacen pensar
que existe una “caza” contra aquellos que pensamos de manera
diferente a lo establecido. Me hace estar seguro que esa caza existe
y es sistémica.
Por eso el caso contra Strawberry es
aún más grave. Porque queda demostrada la beligerancia del Estado
Español. Porque sistemáticamente se ataca y se demoniza a la
izquierda. Porque no somos iguales en nuestros derechos y
obligaciones, como decía Orwell en Rebelión en la Granja “Algunos
son más iguales que otros”. Porque la ultra derecha campa a sus
anchas sin que pase absolutamente nada. Porque, en definitiva, muchos
de los que “mandan” son los hijos y los nietos espirituales del
dictador. Dictador que momentos antes de morir nos dejó un horrible
mensaje que todavía resuena en 2016 “Todo está atado y bien
atado”. Y queda reflejado a la perfección en estos casos. España
es el coto de la derecha y de continuar así dudo que muchos de
nosotros lleguemos a sentir un ápice de cariño y respeto por esta
tierra.
Jose Destruction