No puedo empezar a “desollar” una mierdeza sin antes explicar lo que es una mierdeza propiamente dicha. Éste fue un término inventado por la caótica mente de la gente de “Muchachada nui” (mirad el genial testimonio de Robert Smith).Y, aunque en el Celebrities signifique otra cosa, nosotros lo hemos adaptado y adoptado de la siguiente manera:
Mierdeza hace referencia a la obra musical, sin importar género, de un grupo o músico que edita un disco que no tiene nada que ver con el estilo musical que ha cultivado.
¿Es una mierdeza una mierda? Sí y no. Obviamente va a disgustar a los “hooligans” del grupo en cuestión, ya que no tiene nada que ver con lo que se ha hecho hasta ese momento. Pero tampoco podemos decir que “no mole”. A veces la flauta suena por casualidad, se hace algo completamente distinto que está bien, y oye, quizá sirva para explorar nuevos estilos y formas musicales alejados de los cánones de cada género.
La cruda realidad es que, como veremos, todos los artistas que han realizado su mierdeza han vuelto a su sonido original en su siguiente álbum. Es decir, malamente intentas innovar y el resultado es que te comes el chorro de copias que has editado, quedas como un gilipollas ante la prensa especializada, dices que es un disco “experimental”, pides perdón a tus fans con el dedo metido en culo en señal de contricción y te esmeras para que tu siguiente disco se a lo más parecido a tus orígenes (otro error común). ¡La de veces que se ha repetido este esquema!
Explicado el término nos metemos en faena. Y para empezar he seleccionado el segundo disco de una banda inglesa sólo conocida en los círculos punk que indirectamente resucitó el tito Hetfield en el “Garage Inc”. Su nombre, damas y barrenderos, es Anti-Nowhere League.
Comenzaron su carrera en el año 1980, cuando ya los ecos de la primera explosión punk se habían amainado. Los grupos que surgieron en los 70 se habían acomodado y el género necesitaba una nueva vuelta de tuerca para “luchar” contra la new wave y el heavy metal. Así comenzaron a surgir sub-géneros más rabiosos que el punk original como el hardcore, crust o el street punk (OI!) cuya misión era devolver al punk la mala hostia, nihilismo y alarma social que se había difuminado (que no perdido).
En este caldo de cultivo nació “Anti-Nowhere Legue”. Liderados por su cantante Animal (un día hablaré de quién ganaría en un cruce de hostias con Jerry Only, Animal y Nathan Explosion de combatientes) editaron su primer trabajo en el año 82 titulado “We Are the League” . El resultado fueron 30 minutos de punk mal tocado, que mola un cojón de pato viudo. Pa que coño vamos a dedicarnos a pulir las canciones si ya están bien como están. Cortes como “We are the League” “Snowman” “Streets of London” o “So what!” hicieron que el género se revitalizara y convirtieron a Anti-Nowhere en una referencia. Rápidamente ganaron fama por todo el territorio inglés. Compartieron escenario con Exploited, Discharge, The Damned y Anti-Pasti, se drogaron, se mandaron a tomar por el culo, bebieron hasta reventar, se volvieron a drogar, se intentaron (¡ojo!, digo intentar) cepillar a las groupies, vomitaron en la esquina del escenario, se constiparon de vez en cuando y se drogaron más. Lo clásico de una estrella del rock.
El caso es que para cuando se les pasó la resaca vieron que no tenían una libra ni para fish a chips y sintieron el gusanillo de grabar de nuevo, con el noble fin de seguir arrastrando a las buenas gentes a los conciertos. Pero existía un problemilla, era el año 87 y el punk tras casi 13 años, estaba más que consolidado y caía en las mismas fórmulas. Además, estaba pegando con fuerza el jodido techno, los grupos que partían el bacalo eran de la new wave y para colmo su primer disco era cojonüden.
- ¿Qué hacer? - Pensó Animal con birra y canuto en las manos. Y dio con la fórmula.
-A ver, los punkis nos dan dinero de fijo ya que hemos dejado un muy buen sabor de boca, pero tenemos que hacer algo para que gustemos a los moñas de la new wave. Entonces si damos al disco unos toques de techno y post-punk, lo mezclamos bien, hacemos una portada horrible pero moderna que no se entienda una mierda… ¡Esto es imposible que falle!
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Más que un grupo punk parece un grupo Gafapasta |
Y es que el título hace honor a su nombre, un jodido crimen de disco. 10 temas que van dando bandazos entre una amalgama de sonidos que caminan desde el punk, pasado por el metal, after-punk, new wave, techno pop y hasta alguna alusión a lo industrial, como se ve en el tema “working for de company”.
Ponte en situación: Terminas de escuchar el “We are the League”, te descargas con toda tu ilusión este “Perfect Crime” y lo primero que oyes es una batería y un órgano de fondo junto a Animal con voz profunda y solemne, mientras se esmera en pronunciar correctamente,
cascando: “ Brother to brother, Man to man, Nation to nation, We enter the age of...Crime”. La cara de Nicholas Cage te llega al suelo. Suena la batería y el bajo (tocado con el orto, por cierto) con un ritmo más propio del power metal que del punk y descubres como la canción se parece más a cualquier pieza de pop que a lo que tendría que sonar. Mierdeza alimentada por Animal intentado cantar con voz clara. Mucha atención al yeeeehoo! que se escucha durante gran parte de la canción y a la pretensión musical alejada del guarrerismo inicial que abandera la filosofía del “Do it Yourself”. ¡Coño! Bueno, un fallo lo tiene cualquiera. Igual la abuela les ha fumado en esta canción, vamos a ver que continúa.
La siguiente es “Atomic Harvest” y nada más empezar, Satán con una resaca de mil demonios te esputa “Hiroshima. You ain't seen nothing yet” mientras se descojona vivo. El resultado es una melodía como las del Castelvania pero con farlopa, es decir, a toda hostia. Os propongo un juego; Cerrad los ojos e imaginad a cualquiera de los Belmont con su látigo pegando un moco a Drácula en todo el jepeto mientras suena de fondo esta canción. Ya tenemos banda sonora para la siguiente parte del juego.
No acaba ahí la cosa. Después encontramos “On the waterfront” en otro fallido intento de hacer algo que recuerde a la new wave. “Branded” que viene a ser más de lo mismo. "(I Don't Believe) This Is My England” en un clara tentativa de hacer una pieza de punk melódico mezclado con un himno (incluyendo señora lírica, a ser posible gorda, y coro de niños) que a la postre, aunque es más lenta que el caballo del malo, es de lo más fumable del disco.
Proseguimos con “Johannesburg”, que musicalmente continúa el despropósito experimental, pero que libramos del saco porque letra no está mal. Después salta “The Shining”, nuevamente con un sonido que nos recuerda más a cualquier grupo de pop que a un grupo de punk. De hecho esta pieza podía haber sido perfectamente firmada y compuesta por “artistas” de la talla de “Danza inservible” o “Mecago”.
Pero hay más. Como ya he dicho antes “Working for the company” es una clara intención de incluir sonidos industriales dentro de una estructura y letra punk reivindicativa. Es como encerrar en un garaje a Einstürzende Neubauten con Joey Ramone y amenazarles con matar a un gatito si no tienen una canción en 2 horas.
La cosa esta (no puedo llamarlo disco) continúa con “System” que es una mierda anodina que no destaca ni por ser mala, ni buena, ni ná de ná. Por último acabamos con “The curtain” según empieza dice: “That´s the perfect crime” mientras tú piensas: “Nos ha jodido, claro que es el crimen perfecto”. Más perfecto no sería ni aunque lo hubiera grabado Ted Bundy con un banjo hecho con el fémur de sus víctimas. La gracia de este “fin de fiesta” radica en que la letra sólo dice “This is my guilt, This is my curtain” mientras suena una musiquilla de fondo con toques post – punk, pop, techno pastel. Así sin más y con dos cojones. Para cagarse y no tener con qué limpiarse. Y se acaba el LP.
Lo escucho una y otra vez, pero no consigo que el disco me parezca fumable. Y que conste en acta que no estoy en contra de este tipo de sonidos. Estoy en contra de que se haga mal y que para colmo sea con pretensiones. Encima, para más cachondeo y como remate final, en los pocos directos que tocan estas canciones intentan que suenen más a un punk clásico que al disco. Escuchad “The Horse is dead” si no me creéis. Lo que sale de ahí más bizarro no puede ser.
El resultado fue que Animal se fue a su rincón durante 10 años a meditar sobre la mierda que había hecho, previa disolución del grupo. Menos mal que el dios del punk es benévolo y en 1997 les dio una nueva oportunidad editando “Scum”. Que si bien no es tan bueno como “We are the league”, si es un disco con grandes canciones, indispensable para cualquier seguidor de la banda. Disco que, sumado a la versión que Metallica realizó de “So What!” en el Garage Inc,. hizo que la banda resucitara de entre los muertos.
Y a partir de ahí siguieron grabando discos, más o menos buenos pero sin olvidar sus raíces, que han hecho que Anti-Nowhere viva una segunda juventud. Y qué coño, fuimos a verlos hace un año al Gruta y aunque estén mayores (ni los años ni las drogas - alcohol pasan en balde) siguen manteniendo la rabia en el escenario.
Próximamente: “Las más macabras de las vidas” o lo que es lo mismo, Eskorbuto e Ian Curtis de juerga.
"Es como encerrar en un garaje a Einstürzende Neubauten con Joey Ramone y amenazarles con matar a un gatito si no tienen una canción en 2 horas" esto me ha llegado al alma
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